se desvela detrás de mil velos en una vigilia ansiosa y resignada, silenciosa de rumores que busca acallar inutilmente.
no deja dormir sus manos detrás de alguna nuca erizada de terciopelo ni que las entibie una larga cabellera de oro o azabache.
no deja descansar la cabeza en un hombro ni en una mano, otra, que seguramente es mucho más blanda que la almohada más delicada.
no deja el cuerpo abandonarse, dejarse llevar por el flujo que marea en marejada.
ni perder el control.
estudia angulos y direcciones.
se mantiene en tensión: cuerda del arco previo al tiro.
sin nunca soltar
y tirar la flecha a la diana.
no deja dormir sus manos detrás de alguna nuca erizada de terciopelo ni que las entibie una larga cabellera de oro o azabache.
no deja descansar la cabeza en un hombro ni en una mano, otra, que seguramente es mucho más blanda que la almohada más delicada.
no deja el cuerpo abandonarse, dejarse llevar por el flujo que marea en marejada.
ni perder el control.
estudia angulos y direcciones.
se mantiene en tensión: cuerda del arco previo al tiro.
sin nunca soltar
y tirar la flecha a la diana.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home