mientras tiembla un ardor solitario la piel se le deshace en el recuerdo del deseo y sus infinitas posibilidades de satisfacción desvanecidas: postales de lejanos paisajes desconocidos con la esquela breve de una extraña recibidos cada vez más esporádicamente.
la ausencia, el vacío de siempre, ha congelado la espectación; que sigue ahí, detenida en un grito ahogado concienzudamente.
todo parece haberse detenido, incluso la respiración; pero de afuera llega el murmullo viscoso de los visitantes, otros tantos parias, pero en turismo.
la ausencia, el vacío de siempre, ha congelado la espectación; que sigue ahí, detenida en un grito ahogado concienzudamente.
todo parece haberse detenido, incluso la respiración; pero de afuera llega el murmullo viscoso de los visitantes, otros tantos parias, pero en turismo.