La espesura del aire tibio de la tarde edulcorada por la suave y fresca brisa marina traída hasta mi ventana por el aleteo de las gaviotas buscando nido y el silencio se rompe.
Miro a través del aire y de la brisa, esperando.
Tal vez con el próximo aletear llegue tu voz, amarga dulzura, a romper el vacío.
Miro a través del aire y de la brisa, esperando.
Tal vez con el próximo aletear llegue tu voz, amarga dulzura, a romper el vacío.